과달루페 외방선교회 한국 지부

viernes, 17 de abril de 2015

EXPERIENCIA EN LA PASTORAL UNIVERSITARIA

La pastoral misionera en la misión de Corea del Sur, la hacemos de diferentes maneras y en diferentes trabajos, sin que uno sea mas que otro, sino que es un servicio generoso y responsable en la misión. Yo ahora me encuentro trabajando en la Pastoral Universitaria de la Universidad Sogang de Jesuitas en la ciudad de Seúl. En el equipo de la pastoral universitaria, estamos conformado por alumnos de las distintas facultades de la universidad y, animados por los respectivos capellanes Jesuitas y un padre Misionero de Guadalupe, junto con religiosas y seminaristas jesuitas, en la pastoral universitaria, el campo de acción es muy amplio y retador, ahora tengo un trabajo directo en la pastoral universitaria y dando clases de español, que en tiempo atrás era casi dedicarme a dar clases en varias universidades, con poca experiencia y poco trabajo pastoral universitario, lo cual me hacia sentir en ocasiones como profesor de español solamente, pero gracias a Dios y a la invitación de los padres Jesuitas a colaborar junto con ellos en la Universidad Sogang, el panorama me cambio mucho, ahora me siento muy contento y animado trabajando en esta área universitaria, en la pastoral universitaria tenemos por objetivo crear un ámbito de encuentro entre profesores, estudiantes y personal administrativo que compartan una inquietud religiosa común, logrando así la formación de un grupo con lazos humanos y fraternos en la fe. Proponemos el encuentro personal y comunitario con la persona de Cristo a través de los espacios litúrgicos y celebraciones, las siguientes actividades, que se señalan a modo de ejemplo: Preparación de aquellos alumnos que desean recibir los sacramentos del bautismo y confirmación, organización de misas y celebraciones como la semana santa, navidad, días litúrgicos festivos, por el día del estudiante, del profesor y otras fechas importantes para la comunidad universitaria, organización de campamentos y otras actividades coordinadas en conjunto con otros sectores de la universidad, participación en actividades solidarias, voluntariado y misión; asimismo, con la comunidad extranjera donde vienen estudiantes, profesores y familias de distintas nacionalidades a las actividades los días domingo por la tarde-noche a cursos de Biblia, canto, reflexión y misa en Inglés.




Desde el momento que un misionero llega a Corea del Sur se encuentra con la gran sorpresa de ver tantos jóvenes estudiantes con tantas posibilidades. Los jóvenes y adolescentes que estudian, constituyen la gran mayoría de la población juvenil de Corea del Sur. En los estudiantes católicos de Corea del Sur, descubrimos unos potenciales inmensos de entrega, generosidad, y alegría. Son el presente y el futuro de la Iglesia y en ellos está la esperanza de la evangelización.

( El año pasado (2014) se celebró el aniversario número 60 de la Federación de Estudiantes Católicos, una organización que agrupa a 48 asociaciones de estudiantes creyente que se esfuerzan por promover el testimonio cristiano en 36 universidades, colegios e instituciones educativas, los jóvenes que pertenecen a las asociaciones asisten a reuniones semanales, de forma que fortalecen su vida espiritual a través de la oración, el estudio de las Sagradas Escrituras y animan su testimonio de la fe en sus entornos. Estas organizaciones también promueven la celebración de al menos una Eucaristía anual en la universidad. El trabajo de los estudiantes se ofrece como un apoyo pastoral en el que los jóvenes participan como Iglesia en el trabajo apostólico en colegios y universidades, a la vez de recibir un apoyo que para ellos es también muy necesario. "El 70% de los miembros estudiantes han dejado su ciudad para venir a estudiar a Seúl, pero tienen problemas para unirse a las parroquias locales", "Por esta razón la presencia del movimiento y la oración en la universidad es tan valiosa". La vida espiritual y la formación católica se convierten para los estudiantes en soporte para enfrentar un entorno desafiante. "Los valores del mundo secular pueden diferir mucho de las enseñanzas del Evangelio", "Compartir un camino de fe con otros estudiantes es de gran ayuda y nos da la fuerza para afrontar los retos y problemas de todos los días". Contenido publicado en es.gaudiumpress.org,


De igual modo encontramos en la juventud estudiantil de las universidades la influencia de una sociedad de consumo cada vez más agresiva. Los estudiantes van creciendo marcados por la lógica del individualismo pragmático y narcisista de una sociedad globalizada que se mezcla de manera desigual con los entornos culturales de los jóvenes. Esta nueva cultura promueve la sociedad de lo inmediato y lo personal, desgastando y arrinconando valores tradicionalmente propios de las culturas como son la familia y la comunidad.

Se privilegia ante todo una visión unitariamente personal y subjetiva de la realidad lo que deja poco campo para un discernimiento conjunto de la problemática común. Otra consecuencia de esta visión es la gran dificultad que se genera en formar una conciencia crítica de la realidad. Todo se valora desde un punto de vista unipersonal lo cual dificulta introducir a los estudiantes en la lucha por los derechos sociales, culturales y solidarios especialmente de los más pobres y vulnerables. La publicidad, la música, internet y los nuevos medios de comunicación provocan diversas formas de relación interpersonal mucho más asépticas y pragmáticas. Se van generando mundos imaginarios y evadidos de la realidad concreta del joven que le ayudan a no enfrentar la propia problemática personal y social del medio en el que vive.

Todo ello no favorece un camino de madurez personal y procesal que vaya fundamentando al joven como persona con sus derechos y responsabilidades.

Por otra parte, encontramos en los jóvenes estudiantes una avidez por vivir sensaciones nuevas, experiencias adelantadas a su etapa formativa. El deseo se convierte en sinónimo de felicidad y “lo que apetece”marca la voluntad a la hora de decidir. Consecuencia de esto encontramos juventudes truncadas que llevan al mundo de la adicción al alcohol, relación sexual, se forman familias de adolescentes o jóvenes con responsabilidades a las que no están preparados, etc…

A esto se une el cada vez mayor deterioro de la institución familiar como lugar natural de desarrollo y madurez de la persona. Crecen las familias disfuncionales donde el niño y adolescente pierden las referencias de paternidad y maternidad.

Por otra parte el nivel educativo de nuestra juventud es de calidad superficial y subjetiva. Esto provoca que les deje por debajo de los niveles de competitividad y les hace más vulnerables a las corrientes culturales emergentes.

De igual modo innumerables jóvenes viven una situación de estrés y competitividad que les afecta significativamente y les limita el crecimiento armónico de sus vidas generando exclusión.

En esta nueva situación social y cultural de la juventud se va excluyendo cada vez más la relación intrínseca del hombre con Dios. Se da mucho más valor al subjetivismo religioso y a opciones pseudoreligiosas que buscan más un mundo de sensaciones de paz, armonía y tranquilidad que una opción de vida de entrega y servicio.


Ahora es más urgente que nunca llevar un anuncio y un testimonio cristiano en las escuelas y universidades, los estudiantes pueden promover una espiritualidad de paz y armonía, y estar “listos para llevar la fe a la vidas cotidianas, listos para ponerse al servicio de todos los estudiantes de la universidad y a mirar la sociedad a través de los ojos de Dios”. Papa Francisco exhorta: Jóvenes de Asia, lleven a Cristo a este mundo de “callada desesperación” “Este es el mundo al que ustedes están llamados a ir y dar testimonio del Evangelio de la esperanza” “Lo esencial de la vida universitaria –explicó el Papa-, estriba en el estudio, en la fatiga y la paciencia del pensar que revela una tensión del ser humano hacia la verdad, el bien, la belleza. No se contenten con verdades parciales o ilusiones consoladoras”, sino más bien hacer “que el estudio sea un comprensión cada vez más plena de la realidad. Para ello son necesarias la humildad de la escucha y la amplitud de la mirada''. “La investigación se interroga constantemente, se transforma en encuentro con el misterio y se abre a la fe: hace posible el encuentro entre fe, razón y ciencia, permite un diálogo armonioso entre ellas”, señaló Francisco.

A través de este método de investigación es posible alcanzar un objetivo ambicioso: soldar la fractura entre Evangelio y contemporaneidad a través del estilo de la mediación cultural, una mediación itinerante que sin negar las diferencias culturales, al contrario, valorizándolas se proponga como horizonte de proyecto positivo”, indicó.


Por último, reflexionó sobre la palabra “frontera”. ''La Universidad es una frontera que los espera, una periferia en que acoger y sanar las pobrezas existenciales del ser humano. La pobreza en las relaciones, en el crecimiento humano, tiende a llenar las cabezas sin crear un proyecto compartido de sociedad, un fin común, una fraternidad sincera. Preocúpense siempre por encontrar al otro, por percibir el 'olor' de los seres humanos de hoy, hasta impregnarlos de sus alegrías y esperanzas, de sus tristezas y angustias”. “No levanten nunca barreras que, al intentar defender la frontera, impiden el encuentro con el Señor. En la cultura, sobre todo hoy, necesitamos estar al lado de todos. Podrán superar el enfrentamiento entre los pueblos solo si logran alimentar una cultura del encuentro y de la fraternidad.

P JUAN FRANCISCO TORRES IBARRA MG